Al leer la Biblia, es fácil tropezar con malentendidos, especialmente cuando los traductores no estaban completamente al tanto de los modismos hebreos y la cultura hebrea del primer siglo. Un ejemplo clásico se encuentra en Mateo 26:34, donde Yeshua (Jesús) le dice a Pedro acerca de negarlo tres veces antes de que cante el gallo. Pero espera, ¿hay más en la historia?
En Jerusalén, durante los tiempos del Templo, las gallinas y los gallos eran un gran prohibido en la ciudad. Se los consideraba demasiado desordenados y entrometidos, lo que podía causar caos en los espacios sagrados. Ahora, esto nos lleva a una confusión de traducción. La palabra hebrea "gever" y la palabra griega "alektor" pueden significar tanto "hombre" como "gallo". Los traductores eligieron "gallo", pero aquí está el giro: probablemente se refería a un ser humano, no a un pájaro.
Ingresa el pregonero del templo, una figura crucial en la vida del templo. Su trabajo consistía en anunciar en voz alta el inicio del servicio tamid de la mañana. Llamaba a los sacerdotes, levitas y adoradores a prepararse para el servicio: “Todos los sacerdotes se preparan para el sacrificio. Todos los levitas a sus puestos. Todos los israelitas vienen a adorar”. Este 'canto del gallo' era en realidad su voz que resonaba durante la madrugada. Yeshua y Pedro, en el patio cerca del Templo, habrían escuchado a este Pregonero del Templo. El gallo en este pasaje no era un gallo, sino un hombre llamado el Pregonero del Templo. Entender este 'gallo' como el Pregonero del Templo agrega una capa profunda a este momento bíblico.